domingo, 30 de marzo de 2008

No sin mi máscara (de pestañas)



Hace años estuve inmersa en un episodio que se ha vuelto a repetir con otra protagonista, aunque con menor intensidad para mí al ser distinto el grado de amistad con la susodicha. En cuanto a cómo lo han vivido los chicos, jeje, oficialmente no lo sé. Bueno, sí que lo sé pero nada de nada puedo contar. Ni debo. ¿O sí? ;D


Que nadie se dé por aludido,
la inspiradora de estos versos
de mi vida ha huído.




I. SOBRE LA DAMISELA DE LAS PESTAÑAS ADAMASCADAS



Una linda damisela
bailando y hablando estaba
y con sus pestañas adamascadas
a todos los caballeros encandilaba.


De las otras damiselas prescindía
por la alcurnia que para ella misma pretendía.


Y aunque antaño
con las otras damiselas conversaba
ahora de ellas se apartaba
para convertir a los caballeros
en un manso rebaño de corderos
que sólo a ella admiraran.







II. DEL DESPERTAR DE UNO DE LOS CABALLEROS.

Y siendo los nobles caballeros similares
no todos eran iguales.

Uno de ellos del hechizo despertó
y a esta trovadora su desilusión confesó.

¿Confesó quizá por despecho?
¿O sólo para decir: 'a lo hecho, pecho'?

Desencantado su nombre es
y la realidad ahora con sus ojos ve
porque todo lo que a ella le dió
a él de nada le sirvió.

Tan sólo constató
que, aunque no eran falsas,

de verdad tampoco eran
las pestañas adamascadas...


... prometían ilusiones
que luego eran imaginaciones
cuando a la interesada
cortésmente
le pidió explicaciones.



III. DE CÓMO LA AUSENCIA DE NOTICIAS ES (O NO) UNA BUENA NOTICIA.

El verano transcurrió
sin grandes celebraciones,
todo el mundo quería
disfrutar sus vacaciones.


Esta trovadora el verano
pasaba tranquila
pero con el tiempo veía
que las noticias no acaecían.


Sólo la linda damisela
de cuando en cuando enviaba
noticias suyas por sms en vez de llamadas,
quizá para que nadie dijera
que a su amiga del alma olvidaba.


A la vuelta del verano
la primera noticia saltó
cuando la damisela comentó
que otro caballero jamás la abandonó.


De la luna lunera caballero,
el sentido había perdido
aunque, al menos oficialmente,
nada había notado en este sentido...

... y ahora por sus hechos idos
estaba siendo conocido.


IV. DEL DULCE TITILAR DE UNA ARMADURA MEDIEVAL.

La vuelta a la normalidad
tras el paréntesis estival
al caballero hizo recordar
que había perdido el sentido de la amistad.


Raudo a esta trovadora corrió a llamar
por sentirla amiga de verdad
y notando como la confianza
nuevamente fluía
le hizo partícipe de sus ansias:
'por la damisela siento añoranza
y siento que quiebra mi templanza'.


El caballero quiere conquistar
el corazón de la damisela
y ninguna almena, torre o muralla
en su camino le detendrá...


y, si es preciso,
en un torneo
contra otros caballeros
por su amor luchará



...y a esta trovadora inquiere
para averiguar
qué posibilidades tendrá.


La trovadora al fin se puede relajar,
en algo se ha recuperado la amistad
aunque sólo sea por la necesidad
del caballero de averiguar
si podrá a su damisela enamorar.


Un consejo servidora le da,
sin mezclar ninguna opinión:
"Averigua los palos que tocas
y los que ella dice tocar.
No pierdas de vista tus palos
para no tener que lamentar
ningún varapalo".


V. E DOMANI, CHI LO SA.


Hay cosas imposibles de predecir,
mejor será dejar
el tiempo transcurrir.

Como pequeño detalle,
lo que ayer acaeció
en el encuentro de baile.

La damisela con cualquiera
a bailar se atrevía
ignorando el anhelo
de su dulce caballero,
que dulce es cuando quiere ser
y posesivo y depresivo también
si la ocasión lo ha de merecer.

Dos cosas pueden pasar.
que el caballero se anime a hablar
para tener de la damisela su exclusividad
o bien que a la postre se tenga que enfadar
y muy triste se quedará
por no conseguir el corazón de la dama conquistar.

Sabiendo cómo tiran dos tetas
¡¡mucho más que dos carretas!!
sobre todo si están bien puestas,
es posible que cualquier precio
el caballero quiera pagar
con tal de satisfacer su vanidad.

De la damisela no nos podemos olvidar
que sus necesidades también tendrá
y si su reloj biológico la quiere llamar
le tendrá que contestar...
y nada supera a un caballero medieval
para los fluidos intercambiar
y una linda criatura engendrar.

Y, con reloj o sin él,
puede decidir
de sus ojos saborear la miel
y dejarle a mitad quehacer.

*****

Y este soneto queda en suspenso hasta que en otro momento las cosas que surjan esta trovadora te pueda relatar.

(Continuará..., en prosa).

PD.- Editaré para incluir más imágenes... pero Blogger se me está poniendo tontito desde que le he puesto las tetas y las carretas, jajajaja. De momento, versión provisional.

PD2.- VERSIÓN DEFINITIVA.

4 comentarios:

Jaume dijo...

Enhorabuena "Don Lope",
por saber tan bien contar,
las andanzas de sus amigos,
sin ser grosero o banal.

Anónimo dijo...

Buena trovadora tenemos por aquí y buena historia, jajaja, espero la segunda parte. Cuando leí el título, me esperaba otra cosa, lo reconozco ;)

Anónimo dijo...

Veremos que pasará y que la historia la trovadora pueda contar ;)

Telaaa... Original original!

Un muakis grande

Manenes dijo...

¿Quién no ha conocido a alguien así, sea versión masculina o femenina?

La verdad es que esto pasó hace tiempo... pero como la naturaleza humana no es nada original, la historia se ha vuelto a repetir en una versión más light.

Eso sí, arrepentidos están
todos los caballeros que
bajo el influjo de las pestañas
cayeron sin anestesiar,
menos mal.

Por eso ahora a vuesas mercedes
esta trovadora os lo puede contar.

B7s